La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Burgos quiere mostrar su solidaridad y su total adhesión a las justas reivindicaciones del Comité de Empresa y de la plantilla de trabajadores de la planta de ZF Ansa en Burgos ante el anuncio de la multinacional de cerra su fábrica de la capital.
La Hoac entiende que la decisión de la empresa es injusta y supone un ejemplo más de deslocalización pura y dura. La dedicisión de la empresa responde únicamente a motivos económicos y lo peor de ello es que los que siempre pagan las decisiones erróneas o los vaivenes del mercado son los trabajadores.
Una parte importante de la plantilla lleva más de 25 años de trabajo en la empresa; eso supone que la franja de edad se sitúa entre los 45 y los 55 años, una horquilla en la que aún es más complicado encontrar un nuevo empleo. Y menos en la situación en la que nos encontramos en la actualidad.
La perversión de este sistema económico capitalista es clara: el trabajador es una mera mercancía de usar y tirar. Un elemento más de la cadena productiva, cuando en realidad, debería de ser el principal agente y, por su dignidad, el más protegido. Pero una vez más vemos como lo que prima no es empleo digno sino que lo que realmente le importa a la empresa es el dinero, ganar a toda costa; y si para ello hay que pisar al trabajador, pues se le pisa.
Y que las consecuencias de la crisis por la que atraviesan las plantas en Alemania de este grupo multinacional las van a pagar los trabajadores de la factoría de Burgos.
Como los trabajadores de la empresa, desde la Hoac de Burgos se aboga por una salida viable y por el mantenimiento del empleo de Ansa en Burgos.
Como movimiento de la Iglesia formado por obreros crisitianos comprometidos en las organizaciones sindicales y políticas, exigimos a la empresa y a las administraciones que encuentren un camino a través del cuál se puedan mantener todos los puestos de trabajo. Lamentamos la postura de las organizaciones empresariales de Burgos, cuyo representante provincial aseguraba tras conocer la decisión del cierre que "la empresa, o gana dinero, o cierra; no hay remedio posible" y para colmo les agradece los servicios prestados.
Desde la Doctrina Social de la Iglesia queremo recordar que la dignidad de la persona es lo primero y que por encima de la producción y del capital está el obrero.
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